Los delincuentes se valen de distintas técnicas para lanzar sus ataques en busca de robar información sensible de usuarios. Foto: Shutterstock
Entre 2020 y lo que va de 2021, los ciberataques dirigidos a populares compañías y estudios desarrolladores de videojuegos han aumentado significativamente . Ataques de ransomware, ataques de robo de información, o ataques de malware, son algunos de ellos. En términos generales los atacantes buscan la forma de obtener algún redito económico mediante la comercialización de esta información o utilizándola en futuros ataques .
"Los delincuentes se valen de distintas técnicas (phishing, malware, ataques a aplicaciones web, fuerza bruta, etc.) para lanzar sus ataques en busca de robar información sensible de usuarios, comprometer cuentas de acceso a plataformas o para acceder a los sistemas de las compañías. Directa o indirectamente, el objetivo de los atacantes es económico. Durante la pandemia del COVID-19, la industria de los videojuegos registró un incremento de casos de ciberataques como ninguna otra industria, afirmó un estudio realizado por Akamai" , señala el estudio realizado por ESET Latinoamérica.
Entre los distintos tipos de intereses de los cibercriminales en la industria de los videojuegos, se destacan:
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El código fuente, un bien preciado: Se registraron muchos ataques en el último tiempo en los que los atacantes aseguran haber robado el código fuente de los videojuegos. Este código suele ser específico para cada juego o al menos de cada desarrollador, por lo que es un bien preciado de la compañía que desarrolla el juego.
El mismo se puede utilizar para descubrir fallas y métodos para evadir los mecanismos de seguridad de un juego y de esta manera manipular funcionalidades pagas dentro del mismo, robar información sensible, implantar malware o para comercializar exploits en el mercado negro. También puede ser utilizado para la creación de cracks que permitan a usuarios jugar sin tener que pagar o que paguen al desarrollador del crack una cifra menor. Otra opción que encuentran los atacantes es utilizar el código para la creación de cheats y mods para los juegos .
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El negocio de los cheats: Los cheats, que son modificaciones realizadas en el código de un videojuego para permitir activar funcionalidades que otorgan ventajas a los jugadores, como ver a través de las paredes o apuntar de manera automática, representan una industria muy lucrativa y a la vez costosa para las compañías, ya que ha provocado que jugadores abandonen ciertos juegos debido a la gran cantidad de participantes utilizándolos.
Más allá del pago inicial por un juego, el negocio para muchas compañías de videojuegos está a través de los denominados live service , que son mercados en los cuales se ofrecen complementos para los jugadores.
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En 2021, la policía china arrestó a diez personas involucradas en una organización que dedicada a la creación y comercialización de cheats a través de planes de suscripción para una larga lista de videojuegos populares, como Call Of Duty Mobile, PUBG, Fortnite o Overwatch, entre otros. Las autoridades secuestraron 46 millones de dólares y calculan que la organización criminal había obtenido cerca de 76 millones en ganancias.
Los ataques a los usuarios también afectan a las compañías: La diversidad de juegos y plataformas hacen que el ecosistema también sea amplio, existiendo videojuegos para dispositivos móviles, plataformas para jugar online, consolas, etc. Esto permite que los usuarios puedan ser víctimas de phishing, estafas y otro tipo de ataques que podrían desalentarlos a seguir jugando o decidir cambiar a una plataforma o entorno a priori más seguro.
Esto hace que las compañías de videojuegos deban dedicar esfuerzo en proteger a los consumidores y que su reputación ni sus ganancias se vea afectada.