¿Cómo reprender a los hijos sin golpes ni gritos? 3 tips para los padres
3 claves para acompañar una pataleta o "mal comportamiento" sin llegar a los golpes o los tratos humillantes y denigrantes.
3 claves para acompañar una pataleta o "mal comportamiento" sin llegar a los golpes o los tratos humillantes y denigrantes.
Una pataleta, es una reacción que puede tener un niño pequeño cuando encuentra que lo que quiere, siente o piensa es contrario a lo que el adulto que lo cuida quiere, siente o piensa.
Durante los primeros 3 años de vida, su corteza cerebral (el cerebro que piensa y razona) está en plena construcción y su sistema límbico (el cerebro que controla las emociones y dispara las respuestas de supervivencia) se encuentra reactivo a flor de piel, eso significa que tu hijo reacciona cuando se siente en peligro.
Por eso, expertos recomienda que la clave principal para manejar una pataleta está en ti, pues tú le "prestas" tu cerebro que piensa a través de lo que llamamos acompañamiento emocional, que implica activar tu empatía, es decir, tu capacidad de ponerte en el lugar de tu hijo con la intención sincera de entender cómo ve el mundo. A través de sus ojos y no de los tuyos.
Para ello, te damos 3 claves para acompañar una pataleta o "mal comportamiento" sin llegar a los golpes o los tratos humillantes y denigrantes.
1. Debe conocer los límites
Establece límites, normas o reglas según sea el caso, en primera persona y de forma descriptiva: "no te permito que me golpees", "acordamos que tan pronto sonara la alarma apagábamos el televisor", "no compraremos un juguete el día de hoy".
2. Acompaña las emociones
Esto lo logras escribiendo los sentimientos, deseos o pensamientos que notas en tu hijo, sin consolar, anular, preguntar, negar, regañar o manipular; es sólo describir con la intención de conectar y entender verdaderamente a tu hijo: "te dio rabia porque te quité el control del televisor", "te sientes frustrado porque no sabías que ibas a querer ver más televisión después de que sonara la alarma", "te entiendo, cuando no puedo comprar algo que me gusta también me siento irritada y frustrada".
3. Enseña lo que sí puede hacer
En lugar de sólo decirte que no debes pegar y todas las consecuencias que de seguro ya has escuchado, tu hijo también necesita ideas y oportunidades de crecer en lugar de sólo prohibiciones; por eso, cada vez que pienses en algo que no pueda hacer, piensa en algo que sí.
Por ejemplo, "No puedes pegarme, pero podemos aplastar plastilina, rayar una hoja, gritar a una almohada", "ahora que terminamos de ver la televisión podemos leer un cuento", "sé que es aburrido acompañarme de compras y no tener un juguete (…) podemos sentarnos un rato a hablar y dejar salir esas emociones ¿Quieres un abrazo o prefieres llorar un ratito?".
En teoría parece más fácil de lo que realmente es, cambiar el estilo de crianza, de comunicación y de ejercicio de la autoridad es desafiante, requiere práctica; al principio puede que termines agotado mentalmente, pero con tiempo y perseverancia lograrás cambios increíbles que fortalecerán la relación que tienes con tus hijos, y podrás, además, sentar las bases de un correcto desarrollo y verdadera prevención de abusos sexuales, físicos, psicológicos y emocionales hacia los seres que más amas.