Oración a San Ciriaco para alejar "espíritus malignos" de tu vida y de tu familia
Esta es una oración antigua, pero fuerte y poderosa que te ayudará a alejar entidades que quieran dañarte a ti y a tu familia.
Esta es una oración antigua, pero fuerte y poderosa que te ayudará a alejar entidades que quieran dañarte a ti y a tu familia.
San Ciriaco es uno de los 14 santos auxiliadores de la Iglesia Católica, y a él se le clama para alejar a los espíritus malignos y las enfermedades oculares.
Su historia cuenta que, siendo miembro de la nobleza, decidió entregar su riqueza a los más necesitados y dedicar su vida al cristianismo. Ante eso, el emperador Diocleciano lo convocó para que exhortara a su hija, Artemisa, además de pedir la sanación por su ceguera.
También exhortó a Jobias, la hija del rey de Persia, Shapur, logrando asimismo la conversión del rey; este es el motivo por el cual se le invoca para espantar a los espíritus malignos, lo cual siempre logró en el nombre de Jesús.
Luego de la muerte de Diocleciano, el nuevo emperador Máximo intensificó la persecución contra los cristianos y envió a prisión a San Ciriaco, allí fue torturado y, tras negarse a hacer sacrificios a sus ídolos romanos, finalmente fue decapitado.
Esta es una oración antigua, pero fuerte y poderosa que te ayudará a alejar entidades que quieran dañarte a ti y a tu familia.
Oración contra entidades malignas y oscuras
Oh glorioso San Ciriaco, obispo del Campo Mayor, a ti recurro devoto y compungido, a ti, que, por tu celo y compasión sobresalientes, el Papa San Marcelino elevó a la dignidad del diaconado en la iglesia de Roma, y quien, con intrépida paciencia, soportaste la dislocación de tus miembros, la laceración de tu carne, la tortura del agua hirviendo y, finalmente, la muerte misma decapitado.
Mírame que yo te invoco y obtén para mí la gracia de permanecer firme en la fe, a pesar de las tentaciones del maligno, y vivir en tal unión con Cristo Jesús, como para merecer la bendición de la eternidad en presencia de Él.
Líbranos de hechizos y de todo malhechor. ¡Oh, excelente mártir de Cristo! Honrado hoy en todo el mundo, déjame experimentar el poder de tu brazo y expulsa de mí, de mi familia y de mi hogar, toda entidad maligna. Muéstranos tu misericordia y no permitas que el mal nos siga acechando como la has mostrado en tiempos pasados, concediéndonos el favor que deseamos.
Dios Todopoderoso y eterno, que has otorgado gracias y obsequios extraordinarios a tu Santo Ciriaco, te rogamos que escuches gentilmente las peticiones de todos los que invocan su intercesión. A través de Cristo, nuestro Señor.
¡Oh Dios!, que fortificaste milagrosamente a San Ciriaco en la confesión de la fe, te suplicamos que nos concedas su fortaleza para vencer todas la tentaciones y nos protejas a través de su intercesión en todos los peligros del alma y el cuerpo. A través de Cristo nuestro Señor. Amén.