Finalmente, los bloqueadores del botadero de Santa Cruz permitieron el ingreso de 400 toneladas de residuos

La Empresa Municipal de Aseo Urbano de Santa Cruz (Emacruz), no pudo realizar su labor de recojo de basura debido a los bloqueos que se registraron en el ingreso del botadero municipal de Santa Cruz, desde el 26 de octubre.

La urbe cruceña se vio sumamente afectada por la falta de recojo de basura, sin embargo, ayer la Alcaldía de Santa Cruz, pudo negociar con los bloqueadores que se encontraban en puertas del vertedero municipal para que estos ingresen en un cuarto intermedio.

De esta forma, a través del dialogo, el alcalde, Jhonny Fernandez, con los bloqueadores de la comunidad San Miguel de los Junos, ayer se logró depositar 400 toneladas de basura, que estaban acumuladas, en el botadero municipal.

“Hemos logrado un cuarto intermedio, los he persuadido. Lamentablemente la Policía y el Ministerio Público no ayudaron, hace una semana que he pedido que intervengan, por eso vine personalmente para hablar con los comunarios, con los bloqueadores, no se puede seguir perjudicando a Santa Cruz”, dijo el alcalde Fernandez, después de lograr un acuerdo con los bloqueadores que iniciaron la medida de presión el pasado 26 de octubre.

Los bloqueadores permitieron el ingreso de 50 camiones de residuos que aproximadamente transportaban 400 toneladas de basura, dichos camiones retornaron a la ciudad para continuar con la recolección de los residuos, que durante ochos días se acumularon en las calles de la capital cruceña.

Desde Emacruz señalaron que Santa Cruz genera por día 1.700 toneladas de residuos domiciliarios y los centros de salud más de 5 toneladas, por lo que se priorizó la recolección de residuos de hospitales, mercados y principales avenidas.

Al menos 11.000 toneladas de basura quedaron sin recolectar durante los días de bloqueo al vertedero por parte de vecinos que se oponen al paro cívico por el pedido para la realización del censo en 2023.
Desde le empresa municipal de recojo de basura recomendaron a la población no sacar de sus hogares los desechos comunes, hasta que no se tenga un servicio de recojo de manera regular.