Desde el INE afirman que factores como la baja fecundidad y el Covid-19 afectaron a los resultados del Censo

Este jueves se conoció a través de los resultados preliminares del censo, que el país tiene 11.312.620 habitantes 

El director del Instituto Nacional de Estadística (INE), Humberto Arandia, afirmó que factores como el descenso de la tasa de fecundidad y la pandemia de Covid-19 impactaron en los resultados del Censo de Población y Vivienda en Bolivia.

Cabe señalar que este jueves se conoció, a través de los resultados preliminares del censo, que el país tiene 11.312.620 habitantes en todo el territorio nacional, una cifra menor a la planteada en las proyecciones.

“No estoy hablando de números matemáticos, de supuestos sino del registro Serecí, de defunciones y de nacimientos algo innegable, algo irrefutable”, afirmó Arandia luego de aclarar que la tasa de natalidad redujo del 7,7% al 2,1%.

En ese mismo sentido, remarcó que el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) y el Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (Celade) confirmaron “la coherencia de los datos preliminares a nivel nacional y subnacional, en relación con las evaluaciones recientes sobre fecundidad, mortalidad y migración”.

El director del INE señala que no se puede rechazar esta realidad y basándose en los datos recolectados por el Censo y en la exposición del representante de UNFPA, explicó que antes se registraban matrimonios a temprana edad, pero ahora los matrimonios son a una mayor edad, además de que se registran más divorcios.

Es así que además señaló que ahora las parejas asumieron más controles para no tener hijos. En ese sentido mencionó que entre los años 60 y 70, cada mujer, en promedio, tenía entre 7 y 6 hijos y después de los 90 a los 2000, ya llegó a 3,5 hijos.

De esta manera añadió que el indicador de Bolivia está en la “media mundial”, sin embargo, explicó que, si un país tiene una tasa de fecundidad por debajo de 2, la población tiende a decrecer, lo que calificó como un fenómeno a escala global.

En esa línea arguyó que “si la tasa de fecundidad cae, las estimaciones realizadas en la proyección de nacimientos tienen que ser racionalmente menores”. A ello, sumó los datos de las personas fallecidas por el Covid-19.