Por: Sofía Brañez • Bolivia.com

El último contacto que tuvo policía antes de ser asesinado fue con su hija de 5 caños que le dijo "te quiero papá"

La viuda del sargento cuenta que su esposo era cariñoso, atento y que siempre estuvo presente para ella y para sus cuatro hijos, niños de 3, 5, 10 y 11 años que ahora quedan a cargo de su madre únicamente.

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Velorio de dos oficiales de los tres asesinados. Foto: Facebook
Velorio de dos oficiales de los tres asesinados. Foto: Facebook

La viuda del sargento cuenta que su esposo era cariñoso, atento y que siempre estuvo presente para ella y para sus cuatro hijos, niños de 3, 5, 10 y 11 años que ahora quedan a cargo de su madre únicamente.

Uno de los policías que fue asesinado el pasado martes en la zona del Urubó  era el sargento primero Alfonso Chávez, quien dejó a niños en la orfandad y a una viuda, Liliana Sánchez, quien no encuentra consuelo luego del fallecimiento de su esposo.

La viuda del sargento cuenta que su esposo era cariños, atento y que siempres estuvo presente para ella y para sus cuatro hijos, niños de 3, 5, 10 y 11 años que ahora quedan a cargo de su madre únicamente, quien se dedicaba a hacer labores de la casa y el cuidado de sus hijos; y ahora teme por su futuro.

La familia del sargento Chávez era de La Paz y ahora tienen una casa en Satélite Norte que se deberá pagar hasta el año 2032.

La que era esposa del difunto sargento indicó que el último contacto telefónico que tuvo con su compañero de vida fue a la una de la tarde del martes, ella contó de lo que hablaron "Le avisé que ya había recogido mis análisis, me dijo ‘hijita, mañana llego, te voy a llevar al médico y a comprarte medicamentos'. Es que me detectaron cálculos en los riñones", es lo que contó.

Al final de la llamada, ella le comunicó con su hija menor, la única mujercita de los cuatro hijos y hablaron, en lo que ella le dijo "te quiero mucho papá" y él le respondió, "ya hijita, mañana voy a llegar". Entre lágrimas contó que esta fue la última vez que escuchó la voz de su esposo.

El sargento Chávez estaba en Porongo, el lugar donde le quitaron la vida, desde hace dos meses y fue destinado a trabajar allí aunque insistió con que lo destinen a Warnes, que le quedaba cerca de su casa,  pero finalmente tuvo que ir a Porongo porque no habían muchos policías ahí.

Continuando con el relato, la viuda del oficial indicó que hace tres semanas le llegó el memorándum que indicaba que debía salir a patrullar y que antes a esto, nunca había estado en peligro.

Durante el velorio que se llevó a cabo el día de hoy la viuda se acercó ahacia donde se encontraba una representación de policías jubilados y les recomendó que en caso de que la Policía Boliviana haga alguna promesa, esta se transmita en un documento escrito para que "las palabras no se las lleve el viento", como menciona que ya ha sucedido antes.

Hasta el momento la Policía "se ha portado bien con los gastos fúnebres", pero aún sigue angustiada por el futuro que le espera sin ningún apoyo económico. 

Ahora, los hijos que quedaron sin padre sufren la partida de su progenitor y justamente mañana, 24 de junio, el mayor de sus hijos cumple doce años en medio del dolor que ahora vive su familia.