Por: EFE • Bolivia.com

Hycean, el nuevo tipo de exoplaneta con muchas posibilidades de albergar vida

Fue esa investigación la que permitió a los astrónomos identificar una nueva clase de planeta, los "hycean", con inmensos océanos y atmósferas ricas en hidrógeno.

Los han bautizado como los planetas "Hycean", planetas calientes, cubiertos de océanos y con atmósferas ricas en hidrógeno. Foto: Pixabay
Los han bautizado como los planetas "Hycean", planetas calientes, cubiertos de océanos y con atmósferas ricas en hidrógeno. Foto: Pixabay

Fue esa investigación la que permitió a los astrónomos identificar una nueva clase de planeta, los "hycean", con inmensos océanos y atmósferas ricas en hidrógeno.

Un equipo británico de astrónomos ha identificado un nuevo tipo de exoplaneta muy distinto al nuestro pero con "posibilidades prometedoras" de albergar vida, un hallazgo que podría acelerar enormemente la búsqueda de vida fuera de nuestro sistema solar.

Los han bautizado como los planetas "Hycean", planetas calientes, cubiertos de océanos y con atmósferas ricas en hidrógeno, mucho más numerosos que los planetas similares a la Tierra y en los que los astrónomos confían encontrar biofirmas de vida en dos o tres años.

El hallazgo, realizado por astrónomos de la Universidad de Cambridge, se detalla en la revista The Astrophysical Journal.

"Estos planetas abren una vía completamente nueva en nuestra búsqueda de vida en otros lugares", asegura el responsable de la investigación, Nikku Madhusudhan, del Instituto de Astronomía de Cambridge.

Según el estudio, muchos de estos candidatos son más grandes y calientes que la Tierra, y contienen grandes océanos que podrían sustentar vida microbiana similar a la de algunos de los entornos acuáticos más extremos de la Tierra.

Además, su zona habitable es mucho mayor que la de los planetas similares a la Tierra, lo que significa que tienen más probabilidades de albergar algún tipo de vida.

Desde que se descubrió el primer planeta fuera del sistema solar hace más de 30 años, los astrónomos han identificado miles de exoplanetas conocidos como "supertierras" o "minineptunos", planetas rocosos o gigantes de hielo con atmósferas ricas en hidrógeno, o algo intermedio.

La mayoría de los minineptunos tienen un tamaño 1,6 veces el de la Tierra: son más pequeños que Neptuno pero demasiado grandes para tener un interior rocoso como el de la Tierra.

Y aunque los astrónomos creen que estos planetas no pueden albergar vida, un reciente estudio sobre el minineptuno K2-18b realizado por el equipo de Madhusudhan descubrió que, en determinadas condiciones, estos mundos sí podrían sostener algún tipo de vida.

Fue esa investigación la que permitió a los astrónomos identificar una nueva clase de planeta, los "hycean", con inmensos océanos y atmósferas ricas en hidrógeno.

Estos planetas pueden ser hasta 2,6 veces más grandes que la Tierra y su temperatura atmosférica alcanza los 200 grados centígrados, pero sus condiciones oceánicas podrían ser similares a las que favorecen la vida microbiana en los océanos de la Tierra.

Aunque los planetas de este tamaño dominan la población de exoplanetas conocida, hasta ahora no se han estudiado con tanto detalle como las supertierras. De hecho, es probable que estos mundos sean bastante comunes, lo que significa que los lugares más prometedores para buscar vida en otros lugares de la galaxia han estado escondidos a plena vista.

El equipo de Cambridge ha identificado una muestra considerable de posibles mundos hycean, los candidatos que serán estudiados en detalle con telescopios de nueva generación, como el telescopio espacial James Webb (JWST), cuyo lanzamiento está previsto a finales de año.

Todos ellos orbitan alrededor de estrellas enanas rojas que se encuentran a una distancia de entre 35 y 150 años luz, es decir, muy cerca según los estándares astronómicos.

Las observaciones previstas por el JWST del candidato más prometedor, K2-18b, podrían conducir a la detección de una o más moléculas de bioseñal (elementos químicos compatibles con la vida), avanzan los autores.

"Detectar una bioseñal transformaría nuestra comprensión de la vida en el universo. Tenemos que ser abiertos sobre dónde esperamos encontrar vida y qué forma podría adoptar esa vida, ya que la naturaleza sigue sorprendiéndonos de formas a menudo inimaginables", dice Madhusudhan.