“El camino de la muerte”: Conozca la carretera Boliviana calificada como la más peligrosa de la región
Un sendero de tan solo tres metros de ancho que durante mucho tiempo puso a prueba a cientos de conductores bolivianos.
Un sendero de tan solo tres metros de ancho que durante mucho tiempo puso a prueba a cientos de conductores bolivianos.
La región del hemisferio sur del continente americano alberga una zona cordillera y montañosa que presenta desafíos notables para la transitabilidad de las carreteras, lo que impulsa a los conductores a desarrollar habilidades únicas que quizás no serían necesarias en otras regiones. Esta topografía singular se traduce en una red de carreteras complicadas, especialmente en países donde los conductores deben adquirir destrezas específicas.
Enclavado en el corazón de Bolivia, entre exuberante vegetación, se encuentra el camino catalogado como el más peligroso del mundo. Con tan solo tres metros de ancho, esta vía, conocida oficialmente como Carretera de los Yungas, ha ganado notoriedad con el trágico apelativo de "Camino de la Muerte". Esta ruta de 60 kilómetros conecta la capital boliviana, La Paz, en los valles de los Andes, con la región de los Yungas en la selva amazónica.
Este sendero desafiante lleva a los viajeros en un descenso de 3,5 km, con curvas cerradas y peligrosas que los enfrentan a caídas pronunciadas a ambos lados de la carretera. Construida en la década de 1930 por prisioneros de guerra paraguayos, la Carretera a los Yungas solía ser escenario de hasta 300 accidentes automovilísticos al año hasta mediados de la década de 1990, cuando se implementaron mejoras en su infraestructura.
La fatalidad se manifestó de manera impactante en 1983, cuando un autobús se desvió de la carretera y cayó a un cañón, cobrando la vida de más de 100 pasajeros y marcando el peor accidente de carretera en Bolivia hasta ese momento.
Rodeada de desniveles de 1.000 metros y sin barandillas, la carretera registraba en promedio 96 muertes de conductores al año, lo que le valió el sombrío título de "la carretera más peligrosa del mundo" por el Banco Interamericano de Desarrollo.
Afortunadamente, en 2007 se construyó una ruta alternativa más segura, reduciendo el tráfico en un 90 por ciento y poniendo fin al elevado número de tragedias que solía presenciar la Carretera a los Yungas. En la actualidad, esta vía se ha transformado en una ruta ciclista que atrae a amantes de la aventura, ofreciendo impresionantes vistas del Amazonas y recibiendo elogios por su magnificencia y singularidad en reseñas de viajeros en plataformas como TripAdvisor.
A pesar de esta transformación, la carretera aún está marcada por cruces conmemorativas y placas de luto que sirven como recordatorio crudo de su pasado sangriento.