Cabe señalar que la celebración tiene un origen histórico que se remonta a 1601. Foto: Facebook Municipio de Sucre
Este martes, la ciudad de Sucre celebra que el Comité del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco inscribiera a la Festividad de la Virgen de Guadalupe de Bolivia en su Lista Representativa, otorgando estatus universal a la celebración que se lleva a cabo en Sucre.
Esta determinación fue asumida en la vigésima sesión de la Unesco en Nueva Delhi, reconoció el valor de la Festividad de la Virgen de Guadalupe como un motor de cohesión social. Este evento logra un sincretismo entre la liturgia católica y el folklore de Bolivia.
Es así que, para la Unesco, la fiesta trasciende de lo religioso, para convertirse en un fenómeno de identidad que moviliza a toda la capital constitucional de Bolivia en el mes de septiembre de cada año.
“Esto permitirá reconocer internacionalmente este patrimonio vivo, consolidar medidas de salvaguardia y proyectar a Bolivia como una nación que protege y valora su patrimonio”, dijo la ministra de Turismo de Bolivia, Cinthya Yáñez.
De esta forma, con la inscripción de la Festividad de la Virgen de Guadalupe, Bolivia suma 16 manifestaciones en las listas de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco.
La Festividad de la Virgen de Guadalupe
Esta celebración se destaca por la fuerza de sus rituales religiosos, como las novenas y las ofrendas de cera, la tradicional procesión y la masiva participación en la Entrada Folklórica. Este evento se realiza de forma anual y marca la agenda social y cultural de Sucre.
En ese sentido se conoce que este encuentro cuenta con la participación de fraternidades folklóricas, bandas de música, familias y turistas que llegan hasta Sucre para celebrar la festividad. Este es uno de los principales atractivos turísticos de la capital de Chuquisaca.
Se conoce además que miles de devotos son parte de la Festividad de la Virgen de Guadalupe, que reúne a los fieles en la ciudad de Sucre, desde finales del mes de agosto, y durante los 10 primeros días de septiembre.
Cabe señalar que la celebración tiene un origen histórico que se remonta a 1601, cuando Fray Diego de Ocaña pintó la imagen que dio lugar a la devoción. Pero ahora, en apenas 38 años, esta entrada ha alcanzado un crecimiento notable, con 105 fraternidades que participan en la ejecución de diversas danzas, ampliando el atractivo cultural y turístico de la capital.