Cinco maneras de consolar a quien haya sufrido un aborto
Vivir un aborto es una experiencia durísima que como mujer, como madre, es especialmente intensa.
Vivir un aborto es una experiencia durísima que como mujer, como madre, es especialmente intensa.
Con estas cinco ideas no solo te pondrás en el lugar de la persona que lo ha sufrido sino que podrás entenderlo un poco más de cerca:
1. Date cuenta de qué sientes
Si es alivio debido a la frágil salud de la madre ante un nuevo embarazo, tristeza o incluso enojo por lo ocurrido. Reconoce y da lugar a tus emociones antes de que éstas “se cuelen” sin quererlo en el trato con tus seres queridos.
2. Evita minimizar su pérdida
Es natural que experimentes cierto nerviosismo y no sepas qué decir, que desees consolar un poco su dolor, lo sé. Por eso cuida mucho los lugares comunes que, créeme, en ese momento no son consuelo alguno: “al menos murió estando pequeñito”, “al menos sabes que puedes embarazarte”, “recuerda que ya está en el cielo”, “podrás tener otros hijos”.
Reconoce y valida las emociones de quienes sufren, incluso si no las entiendes o compartes, incluso si nunca has pasado por ello. Intenta conectarte con tu propio dolor, a sabiendas de que eso te hará sentir vulnerable.
En lugar de preguntar “se te ofrece algo” o “en qué te ayudo”, ofrece ayudas concretas: llega con un platillo para la cena, ofrece cuidar a los niños, invítale un café. Acostúmbrate a llegar siempre con un postre ligero, alguna bebida caliente, algo que reconforte y nutra a quienes sufren.
3. Respeta su dolor y su duelo
Si su trato parece distante o cortante, si a pesar de que ya ha pasado un tiempo notas aún atisbos de tristeza, dale su espacio. Nada podrás resolver pero, en esos momentos, reconforta sentir el amor y la presencia de tu gente.
4. Sé prudente
Si quieres preguntar cómo pasó, no está de más comenzar con un: ¿puedes o quieres hablar de eso? Pon atención en tu lenguaje verbal y no verbal. Recuerda que las más de las veces, quien pasa por un duelo no está esperando que le resuelvas la vida, sino tan solo un poco de compañía. Y si quiere estar solo, dale ese espacio.
5. Ora por él, ella, su familia
Invítalo a elevar una plegaria al cielo, invita a otros a unirse por aquél a quien quieren. En verdad creo que el dolor purifica, cuando es enfrentado con amor. Que tu compañía le recuerde que en medio de la oscuridad puede encontrar un poco de luz.
La realidad es que cuando se pierde un hijo, no existen palabras precisas. El consuelo viene del cielo y no tarda en llegar, es una herida que queda para siempre en la vida de la persona que lo vive.
No temas, lo único que se te pide, es estar ahí.
DN / Bolivia.com