Alpacas vs Cáncer: ¿una cura contra esta enfermedad?

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) son cerca de 8,8 millones las personas que mueren al año por el cáncer, sin importar su tipo. Dicha cifra es de estudios realizados en 2015, los últimos de los que se tenga registro. Asimismo, se espera que para el 2030, sean 23,6 millones de personas que sufran de esta enfermedad.

En el caso boliviano, las estadísticas dicen que fueron cerca de 11.200 los casos de pacientes con cáncer, en 2017, de los cuales el 27% falleció “como consecuencia de un diagnóstico tardío, falta de acceso a un tratamiento oportuno o de recursos económicos”, explicó Infobae.

Una cura ‘animal’

Ahora bien, parece que en este país podría estar una posible solución a esta enfermedad, precisamente en uno de los animales que habita allí: la alpaca. Este camélido que habita en la zona andina de Ecuador, Perú, Bolivia, Chile y Argentina, podría ser uno de los aliados para contrarrestar el crecimiento de las células cancerígenas en el cuerpo.

De acuerdo con un estudio del Instituto de Investigación en Biomedicina de Barcelona (IRB)  y el Vrije Universiteit Brussel (VUB), de Bélgica, las alpacas contienen nanoanticuerpos capaces de bloquear las EGF (Epidermal Growth Factor), proteína que colabora en el desarrollo, crecimiento y propagación del cáncer.

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Aunque ya existen tratamientos en contra de los EGF, ninguno es tan poderoso como para detener por completo esta proteína. “A pesar de los avances en los tratamientos contra el receptor de EGR (EGFR) en pacientes, su eficacia disminuye con el tiempo porque los pacientes desarrollan resistencia”, afirmaron Mónica Varese y Salvador Guardiola, miembros del IRB y coautores de la investigación.

Por lo tanto, los nanianticuerpos, solo presentes en las alpacas, significan una nueva esperanza para contrarrestar este mal. “Aprovechando una herramienta biotecnológica emergente, los nanoanticuerpos, hemos conseguido los primeros fármacos inhibidores de alta afinidad para EGF”, explicaron Varese y Guardiola.

Un regalo de la madre naturaleza

Asimismo, la IRB describió, en una de sus publicaciones, que el proceso para llegar a dicho descubrimiento fue relativamente sencillo: primero se produjo el EGF en sus laboratorios, para que luego la VUB la inyectara en las alpacas que sirvieron de ayuda para el experimento.

Como resultado, se evidenció que el organismo de los camélidos logró crear unos nanoanticuerpos, cuya inhibición con el EGF fue casi perfecta.

“Al inyectar EGF a la alpaca le hemos pedido a la madre naturaleza que encuentre alguna molécula capaz de unirse de manera muy fuerte y muy selectiva a EGF y ha encontrado dos soluciones muy diferentes pero igualmente efectivas para un antígeno pequeño y difícil como este”, expuso el jefe del Laboratorio de Péptidos y Proteínas del IRB, Ernest Giralt.

Por último, simplemente se detectaron cuáles fueron los nanoanticuerpos creados por el cuerpo de las alpacas, y las terminaron caracterizando, primero, en células in vitro y posteriormente en células cancerígenas humanas.

Este nuevo descubrimiento podría ser de gran ayuda para aquellas personas cuyas otras formas de inhibición al EGF ya no funcionan, ya sea por inmunidad creada por el cuerpo o por alguna incompatibilidad externa.

En síntesis, los nanoanticuerpos de las alpacas podrían servir para detener parcial o completamente el crecimiento de las células cancerosas en el cuerpo del paciente que sufra de esta enfermedad. 

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