El ruido y la temperatura en la habitación podrían afectan la calidad del sueño
Los datos de la aplicación sirvieron para identificar si hubo algún cambio que interrumpiera el descanso.
Los datos de la aplicación sirvieron para identificar si hubo algún cambio que interrumpiera el descanso.
Las condiciones de humedad en los dormitorios pueden afectar la eficiencia del sueño casi tanto como el ruido o el calor, así lo comprobó una investigación que analizó más de 29.500 datos de presión sonora y condiciones higrotérmicas (confort térmico).
Para la investigación se les hizo seguimiento a 7 individuos (3 hombres y 4 mujeres) que vivieran en sectores residenciales y no tuvieran antecedentes de trastornos de sueño, y durante 34 noches se hicieron mediciones con la ayuda de una aplicación que monitorea la calidad del sueño y sensores de humedad, temperatura y ruido programados para tomar datos cada 30 segundos.
Los datos de la aplicación sirvieron para identificar a qué hora despertaron las personas o su sueño se alteró, y luego esos datos se cruzaron con los de los sensores para identificar si hubo algún cambio que interrumpiera el descanso.
Calidad del descanso
Esa información se complementó con encuestas aplicadas a los sujetos de investigación en las mañanas siguientes a la medición, indagando sobre el nivel de satisfacción con el descanso, si tuvo problemas conciliando el sueño, cuántas veces recuerda haberse despertado y qué tan satisfecho estuvo con el ruido, la temperatura y la humedad de su habitación durante la noche.
"Las personas manifestaron que el frío o el calor las afectaba, pero el estudio identificó que las condiciones ambientales que más influyeron fueron las asociadas con la humedad y no tanto con la temperatura. Y tiene lógica: aunque en la habitación haya una temperatura determinada, la cama es un microclima que puede cambiar según la ropa de cama, la pijama que use la persona y si utiliza cobijas. La humedad no se controla", detalló.
En el estudio también se hizo un mapeo con fichas de la vivienda, la ubicación de los dormitorios y se revisaron las condiciones de ruido de la vivienda.
"Encontramos que algunas de las viviendas en donde las personas sufrieron alteraciones del sueño estaban cerca de avenidas principales o tenían vacíos, espacios como un patio, por donde podía entrar el ruido. Y ahí empezamos a ver cómo la arquitectura puede influir para mejorar las condiciones de descanso", explicó la profesora Hernández.
Con los datos del estudio, la arquitecta concluyó que la eficiencia del sueño se logra con condiciones de ruido de entre 30 y 35 decibeles, 25,5 °C de temperatura y una humedad relativa de entre 55 y 65. De los sujetos estudiados, solo el 17% lograron esa eficiencia.