¡Revivió el Pepino! este domingo inició el Carnaval Paceño
El Pepino vuelve a la vida con un beso, dando inicio al Carnaval Paceño.
El Pepino vuelve a la vida con un beso, dando inicio al Carnaval Paceño.
Con el tradicional ‘Desentierro del Pepino’, este domingo se dio inicio al Carnaval de La Paz, el tradicional y travieso personaje del carnaval andino que emula a los arlequines europeos volvió a la vida con el beso de la reina del carnaval, en medio de un festejo con espuma.
Decenas de personas hicieron acto de presencia en el patrimonial Cementerio General en la populosa zona Garita de Lima, desde donde partió un "cortejo fúnebre" liderado por el alcalde de La Paz, Iván Arias, quien ayudó a trasladar el féretro en el que el Pepino fue enterrado a fines del carnaval pasado.
Por delante del ataúd iba un séquito de aspirantes a la corona de reina del carnaval paceño, junto a la soberana de esa festividad en Tarija, Elizabeth Flores, invitada especial del municipio en señal de hermanamiento con esa región situada en el sur boliviano.
También iban un Ch'uta y la Cholita paceña, que junto al Pepino completan el trío de personajes emblemáticos del carnaval de esta ciudad.
Como era de esperarse, no faltaron las tradicionales "viudas" del Pepino, unas cholitas que llevaban velos negros y le pedían, entre llantos simulados, que volviera a la vida.
Mientras el cortejo avanzaba, por momentos asomaba una mano cubierta con un guante por una rendija del ataúd celeste.
Tras recorrer algunas calles, la procesión se detuvo en un escenario donde fue depositado el féretro, que quedó flanqueado por las aspirantes a reina del carnaval y varias cholitas.
Los funcionarios municipales retiraron la tapa del ataúd para que Flores recite unas coplas o versos al estilo del carnaval tarijeño, con algunos piropos para el Pepino.
"Aro, aro, arito. Uno, dos, tres, cuatro, cinco. Cinco, cuatro, tres, dos, uno, yo había visto muchos hombres hermosos, pero como este Pepino, ninguno", dijo la soberana tarijeña, ante lo cual el picaresco personaje paceño comenzó a dar señales de vida agitando manos y pies.
Pero fue el beso de Flores lo que terminó de revivir al Pepino en medio de chorros de espuma, aplausos y cargas de papeles picados de colores, además de la incesante llovizna.
Luego el Pepino se abrazó con el Ch'uta y, tras un intercambio de obsequios entre las autoridades y los representantes de las comparsas del carnaval paceño, comenzó la fiesta.