La importancia de la vacunación en adultos mayores
La vacunación es una de las herramientas más eficaces para generar inmunidad contra enfermedades prevenibles a lo largo de la vida, y los adultos mayores no son la excepción.
La vacunación es una de las herramientas más eficaces para generar inmunidad contra enfermedades prevenibles a lo largo de la vida, y los adultos mayores no son la excepción.
En la actualidad aquellos mayores de 65 años representan el 9.3% de la población global, pero se proyecta un incremento de 16% para 2050.
Con el incremento de la longevidad, surge un doble desafío para los gobiernos del mundo, que consiste en garantizar una buena calidad de vida y disponer de las mejores estrategias para proteger a la población adulta. El envejecimiento saludable es la oportunidad de optimizar las condiciones mentales, físicas y sociales de las personas mayores, creando entornos amigables que garanticen una participación activa en la sociedad sin sufrir discriminaciones o dependencias.
Actualmente se trabaja en programas de acción que aseguren esta transformación por medio de políticas públicas y programas de salud, que incluyen esquemas de vacunación para los adultos. La vacunación es una de las herramientas más eficaces para generar inmunidad contra enfermedades prevenibles a lo largo de la vida, y los adultos mayores no son la excepción.
Vacunación: aliado para un envejecimiento activo y saludable
El aumento de la cobertura de vacunación en adultos mayores es un componente vital para alcanzar el envejecimiento saludable, ya que a medida que una persona envejece se eleva su vulnerabilidad frente a patologías que en otro momento de la vida no representaban una amenaza. Además, los adultos están en riesgo de contraer enfermedades, aunque hayan cumplido los esquemas de vacunación en la infancia, pues la inmunidad frente a algunas de ellas puede desaparecer con el tiempo.
Por ejemplo, la población mayor de 60 años se vuelve más frágil a enfermedades como la hepatitis y la Influenza estacional, esta última una infección vírica aguda que se caracteriza por inicios súbitos de fiebre, tos seca, malestar general y secreción nasal y que causa de 3 a 5 millones de casos graves y entre 290.000 y 650.000 muertes en el mundo anualmente, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Adicionalmente, si una persona mayor sufre de una enfermedad crónica como el asma o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), también tiene alto riesgo de presentar complicaciones graves a causa de la Influenza, ya que son más propensos a desarrollar neumonía y sus síntomas pueden empeorar. Es crucial que estas personas reciban la vacuna recomendada por su médico, para evitar futuras complicaciones o padecer episodios de crisis. Estudios demuestran que la vacuna de la influenza reduce cerca del 50% de los cuadros graves y muertes en pacientes con EPOC.
Otras enfermedades como el tétanos, la difteria y la tosferina también pueden poner en riesgo el bienestar y la salud de los adultos mayores. El tétanos provoca una dolorosa compresión de los músculos, y la difteria y la tosferina pueden afectar las vías respiratorias y causar la muerte. Todas pueden prevenirse a través de la Vacuna Tdap, que protege contra las tres enfermedades y que luego de su aplicación requiere dosis de refuerzo cada 10 años.
Aplicarse las vacunas recomendadas oportunamente es una de las mejores formas de proteger a las personas de la tercera edad contra enfermedades a las que están expuestas, evitando complicaciones a largo plazo, hospitalizaciones e incluso la muerte.