Por: Mary Mora con información de EFE • Bolivia.com

Bolivia busca revalorizar sus ajíes con técnicas ancestrales en preparaciones

Los productos se expusieron en platos de cerámica y algunos ya transformados en llajua se pudieron probar junto a algunos alimentos cocidos.

La llajua, la emblemática salsa picante que no puede faltar en la gastronomía boliviana. Foto: EFE
La llajua, la emblemática salsa picante que no puede faltar en la gastronomía boliviana. Foto: EFE

Los productos se expusieron en platos de cerámica y algunos ya transformados en llajua se pudieron probar junto a algunos alimentos cocidos.

La tradición de moler ajíes y hierbas locales en un batán de piedra para preparar la llajua, la emblemática salsa picante que no puede faltar en la gastronomía boliviana, es la protagonista de un festival que busca revalorizar estas técnicas ancestrales de cocina.

El festival "LlaqwART 2022", una iniciativa del Ministerio de Culturas de Bolivia, llegó a la ciudad de El Alto, vecina de La Paz, donde decenas de mujeres indígenas y campesinas de distintas comunidades paceñas se reunieron para mostrar sus mejores preparaciones de llajua.

El objetivo de la iniciativa es recuperar los "saberes" y técnicas tradicionales para el preparado de la llajua, explicó la ministra de Culturas, Sabina Orellana.

"Lo que queremos y tratamos es volver a lo nuestro", indicó la autoridad.

"(Estas técnicas) siempre hemos tenido, solamente que ahora las mujeres nos estamos volviendo flojas. En el mundo, no solamente en Bolivia, nos están consumiendo las 'doras', la lavadora, la licuadora, ya no hacemos la llajuita en batán", lamentó la ministra.

La intención es mantener la tradición de preparar esta típica salsa picante en batán y además, la ministra exhortó a que todas las bolivianas "se apropien de esta cultura que siempre hemos tenido y siempre existirá".

También defendió que no es necesario tener un batán de un metro, basta con uno pequeño para conservar mejor los sabores de los ajíes y hierbas al molerlos.

Por su parte, los brillantes colores rojos, amarillos y verdes de locotos, chinches y ulupicas, tres tipos de bayas picantes bolivianas, o las vainas de ajíes amarillo y colorado destacaron en las mesas de exposición de las representantes de las provincias paceñas en el festival.

No faltaron los fuertes aromas de las hierbas andinas para sazonar como la quirquiña y la huacataya, que se mezclan con los picantes para preparar estas salsas.

Los productos se expusieron en platos de cerámica y algunos ya transformados en llajua se pudieron probar junto a algunos alimentos cocidos, como maíz, papas y chuño, una especie de patata deshidratada, además de carne de cordero o pescado preparados en fogones tradicionales.

Las participantes llevaron sus propios batanes, consistentes en piedras completamente planas o un tanto cóncavas en las que se colocan los elementos y otras más pequeñas, esféricas o cilíndricas, que se emplean para la molienda.

Los batanes son tradicionales sobre todo en el occidente boliviano y se emplean también para moler granos, hacer harina en pequeñas cantidades o triturar alimentos antes de cocinarlos.