Por: Redacción Vida Sana - Prensa VIU • Bolivia.com

Síndrome de burnout: consecuencias del estrés en el trabajo y cómo prevenirlo

Uno de los primeros síntomas del burnout consiste en una sensación de agotamiento emocional que se expresa en forma de fatiga física y mental.

Quienes sufren de este trastorno tardan bastante tiempo en detectarlo. . Foto: Shutterstock
Quienes sufren de este trastorno tardan bastante tiempo en detectarlo. . Foto: Shutterstock

Uno de los primeros síntomas del burnout consiste en una sensación de agotamiento emocional que se expresa en forma de fatiga física y mental.

El síndrome de burnout puede producir agotamiento emocional, falta de realización personal y despersonalización. Esta alteración, conocida también como el síndrome del trabajador quemado, se produce por el estrés patológico (o distrés) en el ámbito del trabajo, y quienes lo sufren tardan bastante tiempo en detectarlo

"En muchas ocasiones, pasa inadvertido hasta el momento en que su efecto sobre cuerpo y mente es ineludible y, cuando se instala definitivamente, puede dar lugar a una serie de problemas de salud mental que revisten entidad clínica, como la depresión mayor o los trastornos de ansiedad, requiriéndose tratamiento especializado", subrayó doctor en Psicología Clínica y de la Salud y docente de la Universidad Internacional de Valencia (VIU), Joaquín Mateu Mollá.

En este sentido, uno de los primeros síntomas del burnout consiste en una sensación de agotamiento emocional que se expresa en forma de fatiga física y mental, o con síntomas difusos de dolor ubicados en diferentes zonas del cuerpo, especialmente en la cabeza y la espalda. También es frecuente que se vea comprometida la motivación por acudir al trabajo y que la persona que lo sufre se sienta atrapada o desesperanzada.

Otro claro síntoma de burnout es la sensación de no realización como individuos, es decir, dejar de percibir que el trabajo aporta valor a la construcción de las metas y objetivos vitales. Este hecho supone una disonancia cognitiva pronunciada, puesto que, a pesar de dedicar al trabajo gran cantidad de recursos, se ostenta la creencia de que no conduce a la felicidad.

Un último signo de alarma es la despersonalización, que supone un trato inadecuado (indiferencia, hostilidad, dejación de responsabilidades, sabotaje de vínculos) hacia las relaciones en el contexto laboral, como los compañeros, los clientes o los proveedores. Todo ello puede conllevar al aislamiento y la pérdida de oportunidad de recibir ayuda y apoyo para evitar problemas de salud mental.

Causas del burnout

El experto señala que las causas del burnout pueden ser diversas, aunque se reducen en esencia a tres áreas: las condiciones del trabajo, las relaciones sociales y la conciliación de la vida personal o familiar. "Aunque todas tienen severas consecuencias por separado, su efecto se acentúa cuando se combinan". 

  • Condiciones de trabajo: exposición a cargas de trabajo excesivas, presión, incompatibilidades entre las funciones del puesto, falta de claridad en los procedimientos, presencia de condiciones climáticas extremas (calor y frío), potencial impacto de los errores y desaciertos.
  • Relaciones sociales: acoso laboral, burlas, aislamiento, degradación de responsabilidades, distribución injusta de tareas, difusión de falsos rumores, actos de violencia explícita (psíquica, física y sexual).
  • Conciliación de la vida personal o familiar: la dificultad para equilibrar el trabajo con otras facetas relevantes de la vida, como la familia o el ocio personal.

¿Cómo evitar el burnout?

  • Perfeccionismo y ordenación de prioridades: resulta primordial ser conscientes de posibles auto-imposiciones inflexibles y, por consiguiente, intentar tratarnos de modo más compasivo para protegernos, ante los efectos del estrés laboral y/o personal.
  • Organización del trabajo: hay que buscar la compatibilidad y la definición de las demandas exigibles; diferenciar lo que reviste urgencia de lo que puede ser demorado; y facilitar pausas y descansos periódicamente.
  • Atención a la vida familiar: resulta esencial disponer de tiempo para el ocio dentro de las rutinas diarias, tanto en soledad como en compañía de otras personas a las que valoramos. Asimismo, conviene aprovechar los periodos de descanso más largos, para estar con los seres queridos y fomentar el autocuidado, que es el último de los ejes.
  • Autocuidado de cuerpo y mente: el año nuevo es un período perfecto para empezar con nuevas pautas como dormir las horas necesarias, seguir una alimentación regular y equilibrada, o practicar ejercicio.