La muerte no es un motivo de pena
El
encuentro glorioso, la hora del juicio individual, la reunión
con las deidades o la victoria sobre el adversario. Como quiera
que se defina a la muerte, lo que está claro es que el boliviano
creyente sigue unas doctrinas de fe con la esperanza de que después
de esta vida le espera otra mejor.
A pesar de las múltiples interpretaciones de la Biblia, tres
visiones religiosas -católicos, cristianos de Ekklesía
y mormones- coinciden en que tras la muerte se produce el esperado
encuentro del espíritu con el ser supremo y creador.
En la visión aimara y quechua -donde la gente convive con
sus ritos ancestrales y la religión que les fue impuesta
a punta de lanza- la concepción no es diferente. Para ellos
la muerte es también motivo de alborozo porque al superar
ese estado el alma se reúne con las deidades humanas y naturales
(la Pachamama y los Pacha Achachilas) a fin de formar una comunidad.
Simón Yampara, estudioso de la cultura aimara, dice que la
muerte representa también una forma de cultivar conocimientos,
pensamiento que es compartido por el sacerdote católico Hugo
Varga, quien sostiene que "la muerte no puede ser castigo,
es parte de la vida, significa vencer la limitación del tiempo
y del espacio para seguir creciendo".
Para el pastor David Villarroel, de Ekklesía, la muerte es
el adversario vencido, pues "el sacrificio de Jesucristo en
la cruz trajo la victoria" y con ella "el espíritu
del cristiano entra directamente en la presencia del Señor".
Bajo ese mismo concepto -el del encuentro glorioso con Dios- los
mormones creen en la existencia de una vida después de ésta.
"La muerte es un cambio de estado hasta que seamos juzgados
por Jesucristo y por Dios y entonces moremos eternamente en el lugar
que nos corresponda por nuestros actos aquí en la Tierra",
dice René Carera, Setenta de la Iglesia de los Santos de
los Ultimos Días.
La relación entre vivos y muertos no halla coincidencia en
todos. Para los católicos, incluidos los aimaras, y para
los mormones el ser humano está siempre en contacto con sus
antepasados. Los mormones, por ejemplo, hacen hincapié en
la necesidad de que la familia conozca su ascendencia. Para la gente
de Ekklesía los que ya se fueron no tienen comunicación
con los que aún están en la tierra.
En cambio, católicos, cristianos y mormones coinciden en
la resurrección, en la segunda venida de Jesucristo y su
reencuentro con vivos y resucitados.
Puntos
de vista
"El
cristiano no le teme a la muerte"
DAVID VILLARROEL, de Ekklesía.
"Jesucristo
cambió el significado de la muerte y la Biblia respalda ampliamente
esta premisa. Al morir, el espíritu del cristiano entra directamente
en la presencia del Señor. La muerte física no es
más que una transición de la tierra con Jesús
a otra vida en el cielo con Cristo. Aquí viene lo hermoso:
la muerte no altera la continuidad de esta relación. Por
eso un verdadero cristiano no tiene miedo a la muerte. La resurrección,
que existe sólo por medio de Cristo Jesús, destruye
a la muerte y nos abre el camino a la verdadera vida, a la nueva
vida".
"El
aimara no se va del todo"
SIMÓN YAMPARA, sociólogo.
"El
jiwaki, o muerte en aimara, conceptualmente tiene una doble connotación:
se entiende como muerto, pero al mismo tiempo como bonito. Lo que
sucede es que cuando un ser humano aimara muere pasa a ser parte
de las deidades, de sus antepasados. En ese sentido se puede decir
que no muere del todo, si bien desaparece físicamente, reaparece
en el mundo espiritual para formar la comunidad de las deidades.
Pero éstas no son sólo de vertiente humana, sino que
están también las de vertiente natural como la Pachamama
y los Pacha Achachilas".
"Con
ella llega la hora del juicio"
René cabrera, de la Iglesia Mormona.
"Bajo
la creencia de una vida futura después de ésta nosotros
sostenemos que la muerte es un paso hasta que seamos juzgados por
Jesucristo y morimos eternamente en el lugar que nos corresponda
por nuestros actos. Básicamente creemos en tres reinos de
gloria: el celestial, el terrestre y el telestial. En el primero,
que es el máximo de los reinos, están Dios y Jesucristo.
El terrestre es un intermedio para lo que no cumplieron todos sus
compromisos con Dios, y el telestial será el lugar donde
irán las personas que han tenido una conducta inapropiada".
"La
gloria será poder ver a Dios"
HUGO VARGA, de la Iglesia Católica.
"La
muerte es un encuentro con Dios, es mirarlo cara a cara. Y la gloria
de los humanos va a ser poder contemplarlo visiblemente, el percibir,
el sentir que todo lo que fue creyendo por fe mientras compartió
la historia había sido verdad. El encuentro con Dios hace
que lo que teníamos en pasado, presente y futuro se haga
una realidad y uno se ve a sí mismo con lo que hizo, lo que
es y lo que va a hacer. Luego hay un juicio y un veredicto. Los
que sean indignos de pertenecer al reino tendrán otra oportunidad
en la segunda venida de Jesucristo".
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